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Estreno de La Mirada Invisible




"La Mirada Invisible" de Diego Lerman, film para el que hemos hecho un trabajo de dirección de producción, se estrena en cines nacionales el próximo 19 de Agosto.
Después de un exitoso paso por el festival de Cannes, ya falta menos para verla aquí!

Entrevista con Ayar B. en mioperaprima.com.ar

"Uno puede lograr lo que quiere si se lo propone"


Hablamos con Ayar Blasco, guionista, historietista y dibujante, que acaba de presentar su ópera prima, El Sol, una película, según sus propias palabras, “inclasificable”. Después de estudiar en el IDAC de Avellaneda la carrera de Cine de Animación, fundó la productora Malcriados, que produjo el film Mercano, el Marciano, dirigido por Juan Antín y coescrito por Ayar, que también prestó su voz y realizó la Dirección de Animación.

Además de haber trabajado en varios cortos y largometrajes, nos cuenta que se “gana el sustento” como animador stop motion en publicidad, y participa de un proyecto del Gobierno de la Ciudad en el cual enseña Cine de Animación a personas en distintas situaciones marginales, por ejemplo, presos de la cárcel de Devoto.

En 2010 cumplió el sueño de estrenar su primer largometraje en solitario, El Sol. Su ópera prima es también un largo animado, pero Ayar se encarga de que no lo encasillen, y aclara que siente que en él “la animación es algo pasajero” y que quiere realizar cine de ficción, “con actores de carne y hueso”, algo en lo que ya está trabajando.

El Sol se estrenó en el Festival de Rotterdam y se proyectó en el Festival de Mar del Plata y en el BAFICI de 2010. Se trata de una película “políticamente incorrecta”, con delirantes personajes para los que prestaron su voz Jorge Sesán, Sofía Gala Castiglione, Divina Gloria, Luciana Condito y… ¡el Doctor Tangalanga!

Como todo sueño de operaprimista comienza a gestarse y a alimentarse desde la formación, le preguntamos a Ayar Blasco…



Los inicios en el Cine de Animación


- ¿Cuánto te sirvió lo que aprendiste en la Facultad de Avellaneda?

- En la Facultad de Avellaneda aprendí mucho. Más que de animación, aprendí mucho de sonorización, de estructuras sonoras aplicadas, con un maestro que es un capo: Arnaldo Di Pace, y de guión, con otro gran maestro, Emilio Gorini. Digamos que, con ellos, pude al fin entender cómo funciona el lenguaje audiovisual, e inclinarme por mi estilo expresivo propio y personal que, obviamente, aún no he terminado de desarrollar.

- ¿Qué fue lo que te decidió a dedicarte al cine de animación?

- Yo quise ser director de cine, según mis padres, desde que tenía 6 años. El motivo que me llevó a elegir la animación fue, simplemente, que yo sabía dibujar. De hecho, considero que la animación en mí es algo pasajero, mi verdadera meta es realizar cine de ficción, con actores.

- ¿Cómo se encara una primera película de animación? ¿Qué virtudes y qué defectos considerás que tiene la realización de una ópera prima de animación, frente a las primeras películas de ficción con actores y frente a las óperas primas documentales?

- Hacer una peli de animación en Argentina, solo, de manera independiente, es casi un suicidio. Algo había aprendido con Mercano, cosas que no me alentaban mucho, como que hay que juntarse con gente con contactos, para garantizar el subsidio del INCAA, entregar la creatividad a otros que van a terminar haciendo con ella lo que sea, trabajar y comprometerse demasiado, sabiendo que no va a haber una retribución conveniente… en fin, cosas que, a primera vista, no están muy buenas, pero que permiten que un pibe de 23 años pueda aprender y abrirse camino, para lograr conseguir luego lo que uno desea. El problema de mi primer largo, tras haber superado lo demás, fue, justamente, ese: fue muy largo. Fueron cuatro años de trabajo tranquilo, que se detenía cuando había otras cosas que hacer, y traté de hacer lo contrario de Mercano. Algo totalmente expresivo, caótico y desorganizado. Esta vez, ya no contaba con 40 dibujantes a mi cargo, ni con el apoyo de la Universidad del Cine. Fue demasiado anárquico y de muy, muy bajo presupuesto. Viéndolo objetivamente, creo que conseguí dar un paso importante, pero aún no he llegado a lo que quiero.


La idea y el guión


- ¿Cómo surgió la idea para El Sol?

- Se me ocurrió hacer algo de ciencia ficción y escribí algunos bocetos del guión, mientras estaba aún trabajando en Mercano.

- ¿Y cuánto tiempo te llevó terminar de desarrollar ese guión?

- El guión es algo que nunca terminé de escribir y que, por suerte, conté con la objetividad de mi productora, que llego un momento que me dijo “basta”. Supongo que estuve unos tres años replanteándomelo, y cambió al momento de empezar a animar. Hay muchas cosas que saqué, algunas que resumí, otras que agregué.

- ¿Participaste con el guión de algún seminario o workshop? ¿Obtuviste algún reconocimiento?

- El guión ganó una mención a la ópera prima en el INCAA, también ganó el premio Hubert Baals de Holanda al desarrollo de proyecto. Siento que, a pesar de todo esto, el guión no tiene una estructura normal, y puede ser un poco difícil de asimilar en un principio. Pero considero que en ello mismo radica su valor.

- ¿Qué diferencias observás entre esta experiencia y la de Mercano, el marciano?

- Más libertad, menos plata. Básicamente, es eso. Un equipo reducido para El Sol, diez personas, en un inicio, dos, al final.

- ¿Cuáles considerás que fueron tus mayores influencias estéticas a la hora de encarar tu primera película en solitario?

- Mis mayores influencias estéticas parten de la historieta, el cómic, ya sea japonés, norteamericano, europeo o argentino. Es posible que no se note mucho, pero la película entera esta influenciada por el cómic.


El momento de la producción


- Nos contaste recién que el guión de tu ópera prima ganó una mención del INCAA. ¿En qué etapa del proyecto decidiste presentarte a concurso en el INCAA, y cuándo se confirmó el apoyo del Instituto?

- Presenté la idea al INCAA unos meses después de terminar Mercano. Cuando obtuve la mención, y después de pasar por varias productoras, conseguí a mi productora actual, Jimena Monteoliva. Con ella, replanteamos el proyecto nuevamente, lo mandó a Hubert Baals, recibimos el apoyo e hice el guión definitivo. Es ella quien se encargó de presentarlo al INCAA para la preclasificación, que conseguimos. A partir de ahí, contamos con el apoyo del Instituto.

- ¿Contaste, además de eso, con el apoyo de empresas productoras?

- Realmente no contamos más que con el apoyo de lo que mencioné antes, nada más, no hubo empresas ni nadie que apoye esto. Tampoco fue necesario, ya que la película había arrancado de todas maneras y se iba a hacer.

- ¿Cómo armaste tu equipo de trabajo?

- Mi equipo de trabajo en la producción fueron: un amigo, Mario Gonzalez, animador de Internet, grosso, que era rolinga. Y mi novia Luz, diseñadora. Habíamos salido de la pre producción, en la que participamos muchos más, la mayoría, amigos historietistas, que me ayudaron con el story board, y con los bocetos iniciales. Fue una pre producción grandiosa, con expectativas de hacer algo mucho más grande que Mercano. Después, sin embargo, la producción fue humilde y con economía de recursos, considero que los pies los pusimos en la tierra recién en ese momento. Me encantó.

- ¿Cuánto tiempo duraron las tres etapas de la producción? ¿Qué diferencias notás entre las etapas de producción de un largometraje animado y las del resto de las producciones?

- La pre producción duró un año, la producción nos llevó tres y la post, que estoy haciendo ahora, ponele, unos seis meses. La producción es la principal diferencia, en un largo de ficción podes estar unas cuatro semanas filmando, si sos práctico, o si el guión lo permite. En animación, los tiempos son casi infinitos. Se desvirtúa todo, perdés la objetividad. Es muy peligroso.

- ¿Cómo encaraste el casting de actores para las voces de los personajes?

- No hice casting o, si lo hice, no me di cuenta. Desde el vamos, habíamos elegido para trabajar, con Martin Castro (mi coequiper, quien abandonaría el proyecto al finalizar la pre producción), a Jorge Sesan, el rubio de la película Pizza, Birra y Faso, y a Sofía Gala Castiglione, más que nada, por la actitud de los actores en sí. A Divina Gloria la elegimos porque es igual a una amiga en la que me basé para hacer el personaje de la peli, y al Doctor Tangalanga lo elegí una vuelta que lo escuché contando chistes en Internet y se me prendió la lámpara. ¡Era el personaje que faltaba y era ideal! Me hubiese gustado trabajar también con Fernando Peña, para añadir glamour, pero estaba muy loco ya y no nos dio bola, además, creo que con el equipo de actores que tenía, no necesitaba más.


El balance final


- ¿Cuáles fueron los aspectos positivos y cuáles los negativos en cada una de las etapas de producción?

- Positivo: Hice lo que quise. Negativo: Hice lo que quise

- ¿De qué manera considerás que tu proyecto se vincula con el cine independiente y con el resto del cine de animación argentino?

- Me han dicho que mi película es inclasificable, y que es la única que ha participado en el Festival de Mar del Plata y en el BAFICI, algo ilógico, es como jugar para River y para Boca. He recibido críticas de todo tipo, desde gente obsesionada, que ve mensajes secretos en todos lados, hasta gente perpleja de los sectores más convencionales. Es posible que piensen que la película es cómica y la llevan a la novia diciendo “vení, que esta peli es para cagarse de risa, como la de Rob Zombie, que dicen malas palabras”, y cuando la miran, obviamente, no es lo que pensaron. La película no puede juntarse con el género de animación, no tiene nada que ver, ni con la estética ni, obviamente, con la narrativa. No puede mezclarse, tampoco, con el cine bizarro o Clase B, porque no cumple con sus estrictas normas de estupidez. No sé si se pueda juntar con el cine de arte, no tiene tomas tan largas. Considero que es un proyecto súper personal, totalmente vinculado con el cine independiente, es más, creo que es una de las pocas películas verdaderamente independientes.

- ¿Cómo fue la experiencia de la película en el BAFICI? ¿En qué otros festivales se exhibió? ¿Cuánto te sirvió la experiencia en festivales, tanto para la película como para tu formación como realizador?

- Mi experiencia en el BAFICI fue algo muy extraño. La peli no estaba terminada cuando la mostré, aún había bastantes errores, no me pasa lo que me pasa siempre, cuando muestro mis cortos de Chimiboga (www.chimiboga.com), en donde me divierto mostrándolos, miro a la gente, todos se ríen, la paso bien. Con la peli me pasa lo contrario, es un sufrimiento horrible, siento que estoy expuesto. Sólo quería que terminara el Festival e irme a mi casa. Participó en la sección nocturna y las localidades se agotaron en las tres funciones. Se exhibió, además, en el Festival de Rótterdam, Dinamarca, fue para Polonia y para Corea. El circuito de festivales está empezando y espero que vaya a muchos lugares más. La experiencia en festivales me sirvió para entender que no importa la cantidad de información interna y personal que pongas en una película: si es gracioso, a la gente le va a gustar. Por ejemplo, eso me pasó con Tangalanga en Rótterdam. El publico de los países de Europa del este, a pesar de la nieve, no es tan frío, y la gente latina a veces lo es.

- ¿Cómo creés que va a ser el salto de las proyecciones en festivales al estreno comercial? ¿Qué perspectivas tenés actualmente para su estreno en salas?

- Es posible que se estrene este año. La película va a tener una pequeña difusión y, si bien se va a estrenar en fílmico, no creo que sea una gran película taquillera, pero, por lo menos, tengo la tranquilidad y la confianza de haber hecho lo correcto y de haber colaborado con el cine nacional independiente de autor. Demostrando que, aún hoy, en este mundo horrible, hay gente que puede lograr lo que quiere si se lo propone, y que no todo son remixes o películas hechas para ganar plata o premios, como varias, en especial de animación, que no se arriesgan ni rompen ningún esquema y, así y todo, no va nadie a verlas.

- ¿Cómo influye el factor “espectadores” en la producción de tu película? ¿Cuál creés que va a ser la respuesta del público en el estreno?

- No lo sé. La verdad es algo que no sé. El factor espectadores es muy importante para mí y para todos los directores de cine, teatro, música, etc. Esos que dicen que no les importa el público, mienten. A todos nos importa lo que piense el público, no por vanidad, sino por comunicación. A mí me interesa la comunicación, me interesa enviar un mensaje. Ese es el motivo principal de hacer películas, aunque después uno no quiera estar en los estrenos.

Conclusiones y proyección a futuro

- ¿Cómo te sentís actualmente frente a un eventual segundo largometraje en solitario?

- Con energía y con experiencia. Dando vueltas a un guión, esta vez sólido, empezando a trabajarlo mas objetivamente, delegando lo que hay que delegar, escuchando y buscando a gente profesional. Aprendí la lección, ahora quiero ponerla en práctica. Y, esta vez, con actores de carne y hueso.

- ¿Cómo ves la producción de cine actual en el país? ¿Qué diferencias notás entre el estado del cine animado en Argentina, frente al resto de las producciones?

- El cine argentino siempre fue bueno. Obviamente, hay de todo, pero es bueno. Hay mucho camino por recorrer, hay mucho cine social y costumbrista, falta cine de género, tarde o temprano alguien va a lograr hacer algo muy bueno. El cine animado no es diferente, no hay que pensar en animación o en ficción. Son la misma cosa, tal vez son un poco diferentes las estéticas, la forma de trabajar. Pero primero pensá en la película, luego en el formato.

- ¿Qué consejos le darías a alguien que quiere encarar su primera película, y especialmente a alguien que desee volcarse al cine animado?

- Que se vacunen contra la gripe A